Evitar la pérdida de circulación es una preocupación fundamental. Durante una surgencia, la presión en cualquier zona débil del pozo es igual al peso de la columna de fluido sobre ese punto más la presión del casing en la superficie. A menudo, la zona débil se encuentra cerca del zapato del casing. Si se procede a mantener la presión constante en el fondo del pozo (ya sea cuando se circula una surgencia o cuando se permite que ascienda el gas) las presiones sobre la zona débil aumentarán sólo hasta que el gas llegue a dicho punto.
Cuando el fluido de surgencia sobrepasa este punto, la presión allí se reduce porque la columna que está por encima generalmente pesa menos, a menos que se trate de agua salada. Si se mantienen presión de fondo y densidad de fluido constante por debajo del punto débil, la presión allí se mantendrá constante a medida que el gas circula hacia la superficie.
Si se circula fluido de ahogo por el espacio anular, la presión en el punto débil disminuirá a medida que se circula gas desde allí a la superficie.
Si el fluido de ahogo se circula hasta el punto débil y por encima del mismo, y el gas no ha llegado a la superficie, la presión aumentará levemente. Esta afirmación es válida aun cuando la presión de superficie del casing continúe en aumento hasta que el gas llegue a la superficie. Se debe recordar que es la suma de las presiones contra el punto débil, y no solamente la presión que se advierte en la superficie, lo que provoca las roturas de formación.
Es necesario comprender otro aspecto básico en cuanto a las presiones en la boca del pozo: la ecuación del fluido de ahogo muestra como reemplazar la presión de cierre en superficie por el empleo de mayor densidad de fluido en el pozo. Esto significa que, si es posible controlar por cierre una surgencia sin perder retorno, también es posible que el pozo reciba el fluido más pesado sin perderlo
La figura siguiente ilustra este importante aspecto para la comprensión de los problemas de control de pozos. Una vez que se desplaza por bombeo una surgencia al interior del casing, se reduce el peligro de perdida de circulación porque la presión en el zapato del casing se estabiliza o disminuye.
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